Samael

“Nunca me ha quedado difícil trabajar sobre la nada, lo que fue volverá a ser, y además tendrá el toque inmobiliario que insinuaba doña Rosa. Será un infierno.”

Descripción

Nací en Bogotá, en el seno de una familia humilde pero apasionada por la cultura, crecí rodeado de poesía, teatro y música. Mis padres, los Aristizabal, eran artistas excéntricos, dedicaron sus vidas a crear un espacio donde el arte pudiera florecer lejos de las presiones de los límites que imperaban en su entorno. Ese lugar, un pequeño bar que mezclaba poesía y danza tiene por nombre “El umbral del bufón”, era el corazón de nuestra familia y un refugio frente al mundo hostil.

Los problemas son los otros, los que no comprenden una parte del mundo, están decididos a destruirlo, algunos pensaban que el bar se regía por un tipo de maldición, lo que concluyó en que una vecina, fanática religiosa, se volviera heroína de su superstición y quemara el lugar con mis padres ahí dentro.

Podría haber sufrido y recomponer mi vida con su recuerdo, pero rendirme ante lo sucedido habría sido una respuesta a que aceptaba las causas de su muerte, la ignorancia y el sesgo de una comunidad. 

Reconstruí el bar y cuando lo finalicé me di cuenta de que tenía una conexión con mis padres, pasé tanto tiempo allí que estas energías empezaron a influir en mi, soñaba con la vida que ellos habían tenido, sus trabajos, los diferentes tratos que recibieron y su resentimiento fundado por las humillaciones a su labor; así que cuando le di entrada al público, elegí quienes serían los primeros en ver la obra, conseguí algunos contactos con los que mis padres habían trabajado, los invité planeando ensuciarme las manos en la función, pero llegando a la esperada venganza, los invitados fueron atrapados en forma de figuras del bar; entonces todo lo que había sucedido desde la creación del Umbral del bufón, y la reconstrucción del mismo parecían llevarnos a ese momento, en donde nos cobrabamos una, el movimiento final.

Scroll al inicio